7 de agosto de 2015

MENSAJE DEL PUEBLO DE LOS OLIVOS

Anochecía ya, pero en un momento el cielo y todo a mi alrededor se oscureció hasta desaparecer en la oscuridad mas completa... los grillos subieron entonces la fuerza de su mantra eterno.

Esta vez lo reconocí, había estado allí ya en una ocasión, estaba frente al vacío original, la nada absoluta de la que todo proviene...

Pero esta vez no tuve que enfrentar mi vértigo ante el infinito porque como una progresión natural del vacío fue surgiendo la forma escultural de un viejo olivo... surgía de mi ombligo y sus raices crecían en mi interior llegando a mis órganos, sanándolos, contándome, explicándome, todo con una cadencia lenta y tranquila, la cadencia de aquel que sabe que le arropa la eternidad.

"Calma" me decía si notaba que me impacientaba queriendo entender sus movimientos o adelantarme a ellos con la mente
 "¿No ves que soy milenario?" Con el tono del que sonríe me pedía profundizar un poco más en su realidad, en su energía... Dejarse guiar por él era tan fácil...

Llegado el momento me avisó "Ya está", abri los ojos y visualicé el cielo estrellado, reconocí el sonido del fluir del rio y los grillos seguían, ahora ya fundiéndose con todos los demás ruidos del bosque.
-"¿Has logrado verlo?" me preguntó mi compañera
-"Si, lo he visto, es un olivo"


24 horas más tarde paseaba entre una familia de olivos milenarios. Pasé con ellos el día y este fue el mensaje que compartieron conmigo para CREA VIDA:


"Nosotros el pueblo de los olivos somos grandes contadores de historias. Historias que aún son presente en nuestras raices, en nuestros troncos y desde nuestras ramas se derraman de nuevo en la tierra recordando que la vida perdura y solo eso importa.
Nuestras hojas mecidas por el viento cantan canciones que en tiempos fueron interpretadas por bardos que durmieron a nuestro amparo.
Nosotros el pueblo de los olivos somos paz y eternidad, música en el silencio, melodía primordial.
Acogemos y sostenemos toda vida.
Somos puente entre el espíritu y la vida y es por eso que contenemos en este mismo instante la eternidad.
Las formas de nuestros troncos plasma la profundidad de cada instante vivido por el ser arbóreo que nos habita.
Amor que se celebra a si mismo.
Nosotros, el Pueblo de los Olivos, sostenemos la sabiduría que da origen a la vida, organizando el camino entre dimensiones. Desde el origen hasta el momento presente, ese es nestro territorio."








En este lugar monumental, donde olivos de miles de años siguen siendo cultivados, se respira paz.
Puede sentirse cómo los que no se ven se sienten respetados y pueden cuidar de la belleza.
Devas, seres arbóreos, elementales de los árboles y de las piedras viviendo tranquilos y en armonía.


Hay lugares sobre la Tierra donde el tiempo se para y nada posterior a la fecha en la que se paró puede prosperar, algo así como puntos telúricos donde el tiempo en algún momento se paró... 
este es uno de ellos.